Blonde Redhead llevaban seis años sin pisar Madrid y anoche, a pesar de ser domingo, enamoraron en la Joy Eslava a base de elegancia. Fríos pero potentes, tuvieron el educado detalle de no dejarse ni un solo de sus grandes éxitos en el tinero. Un concierto redondo. Perfecto para volver a empuñar la vieja D7000 por primera vez en muchos meses. Veremos cómo sigue el año.