Cuando en 2014 el referéndum sobre la independencia de Escocia puso en jaque la unión del Reino Unido («It’s not the UK any more», gritaban algunos en los pubs), algunos artistas europeos se pusieron a pensar en cómo quedaría la bandera de la nación (la Union Jack es una mezcla de las banderas de Inglaterra y Escocia) sin el fondo azul y las aspas blancas escocesas. Aunque la mayoría de los diseños apostaban por incluir a Gales en la bandera o por utilizar las tradicionales rosas inglesas, uno era especialmente llamativo: tres bandas horizonales, una gris, otra blanca y otra de azul pálido. ¿El significado? Los acantilados blancos de Dover, vistos desde el mar, según llega uni a Inglaterra desde Francia.
El carbonato de calcio confiere el brillante color blanco a varias de las zonas rocosas del Sudeste de Inglaterra (tan icónicas como los acantilados blancos de Dover son Seven Sisters, más al Oeste y con un acceso algo más complicado para el caminante aficionado a los trenes). El paisaje es algo que va más allá del impactante color de la piedra o el aullante viento, que está presente en todo buen acantilado que se precie. Son los colores, el cielo eternamente plomizo y alborotado, algún rayo de sol a lo lejos en el horizonte, filtrado por una tormenta algo más allá. A pocas millas al Oeste Guillermo el Conquistador se ganó su sobrenombre en Hastings. Inglaterra empieza en este punto. Su clima, también.
Enlaces:
- Todo lo que necesitas saber para visitar The White Cliffs of Dover está en la web de National Trust.
- El castillo de Dover está administrado por English Heritage. Aunque es una fortaleza imponente, cuestá más de 16 libras entrar, y hay poca información para el visitante dentro. Puede compensar acceder con niños, puesto que la fortaleza medieval original está bien conservada, o si está uno especialmente interesado en la II Guerra Mundial.
- Britain Express es una web fundamental para viajar por el Reino Unido. Contiene una entrada muy extensa sobre el Castillo y también información sobre los acantilados.
- ¿Cómo sería la bandera del Reino Unido sin Escocia? Obviamente, hubo un fuerte debate en torno a este asunto en 2014. Recientemente Australia ha pasado una crisis de identidad parecida, y los movimientos independentistas europeos dan mucho juego para los artistas.
- El fácil llegar a Dover desde Londres en tren. La web de National Rail contiene todas las opciones disponibles.
- Estas mismas fotos, en mi cuenta de Flickr
El parque natural de los acantilados blancos de Dover está administrado por National Trust y se puede llegar caminando desde el centro de Dover en menos de una hora (a diferecia de Seven Sisters, más al Oeste, que no cuentan con acceso por transporte público).
Desgraciadamente, la proximidad del inmenso puerto de Dover (a menos de dos millas de donde se tomó esta foto), afecta de manera clara a la calidad de las aguas de la zona, volviéndolas turbias y ocres, en comparación con el brillante color de los acantilados y el cielo.
Quería qu esta foto sonara como el viento contra mi chaqueta aquella tarde
Cuando en 2014 el referéndum sobre la independencia de Escocia puso en jaque la unión del Reino Unido («It’s not the UK any more», gritaban algunos en los pubs), algunos artistas se pusieron a pensar en cómo quedaría la bandera de la nación (la Union Jack es una mezcla de las banderas de Inglaterra y Escocia) sin el fondo azul y las aspas blancas. Aunque la mayoría de los diseños apostaban por incluir a Gales en la bandera o por utilizar las tradicionales rosas inglesas, uno era especialmente llamativo: tres bandas horizonales, una gris, otra blanca y otra de azul pálido. ¿El significado? Los acantilados blancos de Dover, vistos desde el mar, según llega uni a Inglaterra desde Francia.
Los acantilados blancos de Dover son un lugar de contrastes en el que todas las formas parecen cortadas a cuchillo por un viento que parece no querer detenerse nunca.
Los árboles son tan pequeños que no pasan de arbustos. Y todos miran hacia el mismo lado.
Dover ha constituido la vanguardia de la defensa de Inglaterra desde tiempos de los romanos, quienes instalaron un par de grandes faros en estas colinas (uno de ellos aún existe hoy, reconvertido en el campanario de la iglesia del castillo). Esta fortaleza fue construida bajo el reinado de Enrique II y sus instalaciones y murallas han experimentado constantes mejoras y ampliaciones a lo largo de los siglos. El castillo de Dover jugó un papel importante en la II Guerra Mundial.
Siglos de reformas han acabado dejando el subsuelo del castillo cuajado de un laberíntico sistema de túneles de distintas épocas.
Desde las murallas del castillo de Dover se domina una amplia franja de costa, y no hace falta que haga un día especialmente despejado para distinguir la costa francesa en el horizonte. El inmenso puerto que hay a sus pies es una de las vías naturales de comunicación entre Francia y el Reino Unido.