Si bien Gran Bretaña es famosa por sus castillos e inmensas catedrales, poco queda en su capital, Londres, de la arquitectura que importaron los conquistadores normandos a principios del segundo milenio: el románico, que en el Reino Unido se llama normando. Las desamortizaciones, incendios, epidemias y bombardeos hacen que el visitante crea que solamente quede un edificio medieval en la inmensa ciudad de Londres: la infame fortaleza, The Tower, frente a la cual una cola interminable de turistas se agolpan para contemplar ciertos pedruscos y algún pájaro negro. ¿El último? No: queda otra iglesia normanda, muy cerquita de la catedral de St. Paul’s. Se trata de St. Bartholomew-the-Great, una tranquila y hermosa joya escondida en el corazón de la City. Junto con la capilla que alberga La Torre, la única iglesia románica que queda en la capital británica. Abre las fotos para saber más sobre ella.
Puedes encontrar más información en:
- Página oficial de Great St. Bart’s.
- Algo sobre la vida de Rahere, fundador del monasterio agustino original.
- Siempre al rescate del viajero por Gran Bretala, Britain Express.
- La Torre, sus cuervos y sus pedruscos. Digo, las joyas de la corona.
- Medieval London: aunque el blog ya no está activo, es una buena guía para tratar de perseguir las huellas del Londres del medievo.
La historia de St. Bartholomew-the-Great es un relato de buena suerte: fue fundada en 1123 y «sobrevivió» a la desamortización de los monasterios ingleses (1543) demoliendo «solamente» parte de su nave y su claustro. Escapó del Gran Incendio de Londres (1666) y fue una de las pocas iglesias de la capital británica que no sufrió desperfectos durante los bombardeos alemanes de la II Guerra Mundial. Esta afortunada concatenación de casualidades, hace que Great St. Bart’s sea uno de los dos edificios de arquitectura normanda (románica) que quedan en pie en Londres. El otro es, obviamente, la Torre de Londres.
St. Bart’s fue una abadía fundada en el siglo XII por Rahere, un clérigo normando favorecido por el rey Enrique I, con el objetivo de suministrar cuidados médicos y espirituales en Smithfield, una barriada de Londres que, por aquel entonces, era el lugar en el que se concentraban los mataderos. A día de hoy uno de los hospitales más importantes de Londres toma su nombre de dicho monasterio y se encuentra a escasos metros de la iglesia.
La iglesia cuenta con un órgano desde principios del siglo XVIII, aunque el que está instalado hoy en día es un instrumento que, con modificacones posteriores, fue intalado a finales del siglo XIX.
Hasta la desamortización del s. XVI, los monjes anduvieron entre estas columnas. Alguien tenía que vigilar, desde lo alto, que su comportamiento fuera correcto en todo momento.
Los normandos invadieron Inglaterra en 1066, e introdujeron en la isla el estilo arquitecónico que por entonces imperaba en Europa, desde Roma hasta Santiago: el románico. Ello les permitió dividir el edificio en tres naves y crear un oscuro pero espacioso deambulatorio alrededor del altar. El color oscurecido de la piedra debe tener algo que ver con que, entre la desamortización y su recuperación en el s. XIX, llegó a tener okupas.
Aunque su altura la convierte en un edificio impresionante, en realidad hoy solamente podemos disfrutar de la cabecera del edificio original, puesto que la nave principal fue derribada durante la desamortización. Ahora dicha área alberga un jardín-cementerio.
¿Te suenan estas arquerías y no sabes de qué? Es normal: St. Bart’s ha aparecido en multitud de películas y series de televisión. Su primera aparición, que la llevó a la celebridad (y a ser la primera iglesia anglicana que cobró entrada a los turistas) fue en Cuatro Bodas y un Funeral; pero también se rodaron escenas de Shakespeare In Love, Robin Hood el Príncipe de los Ladrones, El Fin del Romance o Sherlock Holmes.